Controla tu huella de carbono y reduce el impacto al medioambiente
|Nuestra existencia en el planeta deja muchas huellas, pero una de las que más preocupa es la “huella de carbono”. La cantidad de emisiones de gases invernaderos que producimos al fabricar algo o en nuestra vida cotidiana, puede ser medida y controlada para minimizar el daño medioambiental. Aquí explicamos en qué consiste, cómo se mide y cómo puedes reducirla.
El ser humano es responsable del 95% de las causas del cambio climático. Todo lo que hacemos en nuestra vida cotidiana, cada producto que fabricamos y consumimos e incluso nuestros hábitos más insignificantes, impactan negativamente en el medioambiente.
Hace algún tiempo se ha comenzado a hablar cada vez más de la “Huella del carbono” que genera cada persona. Se trata de la cantidad de emisiones de gases invernaderos que dicha persona genera cuando produce algo o realiza las actividades habituales de su vida cotidiana. Ese CO2 que emitimos, es la causa principal de los desastres naturales que sufre nuestro planeta, fundamentalmente, del calentamiento global. Cada cumbre o conferencia sobre problemas medioambientales, tiene este concepto entre sus tópicos más comentados.
La única forma de frenar el daño a la capa de ozono que nos protege es cambiar nuestros hábitos y los procesos industriales de nuestra sociedad, pero para crear conciencia real de la situación y tomar cartas en el asunto, podemos empezar por medir nuestra huella de carbono.
Cómo controlar tu huella de carbono
No se puede reducir o controlar un indicador que no conocemos. Ante todo, debemos cuantificar las consecuencias de nuestros hábitos de consumo en el ecosistema.
Para ello, de la mano de aplicaciones móviles y páginas de internet, podemos acceder a “Calculadoras de huella de carbono”, que analizan el ciclo de vida de los productos que consumimos, desde las materias primas que se requieren para su producción, pasando por la fabricación, el transporte, el uso y, finalmente, su gestión residual.
Con estas calculadoras, también es posible medir nuestro consumo de energía en las actividades de la vida cotidiana como los insumos de nuestra casa, el transporte que utilizamos, los residuos domésticos, etc.
Una vez que somos conscientes de nuestro impacto real sobre el planeta, podemos cambiar los hábitos más nocivos y reciclar u reutilizar más. Con respecto a nuestros medios de transporte, es recomendable utilizar bicicletas, autos eléctricos o transporte público.
Cualquier gesto, por muy insignificante que parezca, será bien recibido por un planeta que necesita un respiro de nuestras acciones.