El testamento abierto y la herencia
|El testamento es un documento que a muchas personas les puede dar grima realizar, es como aceptar por escrito que llegará un momento en el que muramos y dejemos de existir para siempre. Pero es un documenta necesario, sobre todo cuando tenemos familia, es decir desde el momento uno que tenemos hijos, debemos pensar en el futuro y en su bienestar y que serán ellos los que hereden nuestros bienes y por desgracia también nuestras deudas. Existen en esencia tres tipos de testamentos, el testamento abierto, el testamento cerrado y el ológrafo.
Vamos a explicar en detalle cada uno de ellos,
- Testamento abierto, es un tipo de testamento oficial que se hace frente a un notario, es el más habitual de toda en España, y tan solo es expresar a un notario nuestra voluntad. Para ello se le puede entregar un documento con nuestra voluntad o expresará verbalmente al notario, él transcribirá nuestra voluntad a un documento oficial y dará fe de la validez del mismo. Lo custodiará hasta que sea necesario y solicitado por nuestros seres queridos y nos entregará una copia del mismo. Lo podemos hacer a solas con el notario o en caso de ser analfabetos, ciegos o sordos, necesitaremos la presencia de al menos dos testigos.
- Testamento cerrado, es idéntico en forma que el anterior, se hace ante un notario, pero en este caso el notario nunca sabe el contenido del testamento, por lo que la entrega de las últimas voluntades se realiza en sobre cerrado.
- Testamento ológrafo, se realiza sin la necesidad de la presencia de un notario, es un testamento que hacemos de nuestro puño y letra, en un papel cualquiera y se fecha y firma por nosotros. No debe contener tachones o añadidos, y si lo hubiera debemos especificar que esos cambios los hemos realizado nosotros mismos y firmarlo. Ya que si no se puede dar por inválido este testamento.
Otra opción para nuestro legado, la donación
Las conocidas como donaciones de padres a hijos en vida, son un fórmula de ahorrar mucho dinero, ya que permiten el pasar los bienes a nuestros hijos sin necesidad de pagar el impuesto de sucesiones. Es una fórmula ideal, en nuestros últimos años de vida, ya que, en el caso de contar con muchos bienes materiales o dinero, podemos comenzar a donarlo a nuestros hijos para que comiencen a disfrutarlos mientras aún estamos con vida.
Lo habitual es reservar una parte de nuestros bienes a nuestro nombre y esto pasará con la herencia a nuestros hijos.
En estos casos cada vez que realicemos una donación, deberíamos modificar nuestro testamento ara indicar que bienes ya no están en nuestras manos.